HMS Belfast
 

HMS Belfast

La vida a bordo de un buque de guerra en la segunda guerra mundial

Para quienes nunca estuvieron a bordo de un buque es difícil imaginarse como es la vida a bordo, pero aún resulta más penosa en tiempo de guerra y si es en una unidad de combate en muchos casos lo es más aún.

Hemos visto en un artículo de este mismo sitio de Internet como se vivía a bordo de un submarino (Un submarino por dentro: el U-995) ahora vamos a ver como era la vida en un buque de superficie.

En primer lugar aclarar que no en todos los buques se vivía mal; la calidad de vida venía determinada por el tipo de buque y misión asignada, evidentemente cuanto más pequeño y a mayor distancia de su base actuaba la situación empeoraba.

Las horas de servicio:

Los comandantes y oficiales tenían que mantener a la tripulación ocupada en las labores propias del buque durante las guardias u horas de servicio. Cada tripulante tenía durante esas horas un destino. La limpieza del buque, el mantenimiento de aparatos y maquinaria y el gobierno eran las labores en las cuales todos debían -durante el día y por turnos- colaborar.

Las horas de ocio:

Fuera de los momentos más arriba citados, los tiempos de ocio eran cubiertos por los tripulantes en labores tales como el aseo, la limpieza y arreglo de sus uniformes, ordenar sus objetos personales, la lectura, la conversación o los juegos de mesa, sin olvidar las preceptivas cartas que escribían a sus hogares. Todo esto les cubría una buena cantidad de tiempo. Estar continuamente activo era el mejor modo de combatir el tedio y la rutina.

Las horas de descanso:

Durante un periodo del día, estaban asignadas horas de descanso para la mayoría de la tripulación, quedando de servicio los miembros de la tripulación necesarios para la vigilancia de posibles ataques, y el gobierno y propulsión del buque.

En cualquier caso, el horario del servicio era permanente debiendo acudir cada tripulante al puesto asignado en caso de alarma o zafarrancho de combate.


Alojamiento de la marinería

Camarote del comandante

Los arrestos:

En caso de faltas leves (las más habituales) los infractores eran castigados con trabajos extras o a llevar a cabo las tareas más penosas a bordo. Era raro que se cometieran infracciones graves o que fueran calificadas como tales, pero en ese caso el infractor podía ser sometido a consejo de guerra, trasladado de buque o arrestado en su alojamiento y cumpliendo además en su momento con el servicio asignado.

Zafarrancho de combate:

En este caso, cada miembro de la tripulación acudía de inmediato a su puesto y permanecía en él hasta que finalizaba esa contingencia En los momentos en los que cesaba el combate, pero aún podía haber algún peligro, los tripulantes descansaban en sus puestos en sacos de dormir, los artilleros junto a sus baterías y el resto (timonel, radaristas, maquinistas, control de daños, etc.) en su posición, para en caso de nueva alarma estar dispuestos en el momento.

Servicios sanitarios:

Dependiendo del tamaño del buque, éste disponía de unos servicios sanitarios y además normalmente a una flota la acompañaba algún buque con capacidad para hacer de hospital e incluso dependiendo de la misión, un buque hospital.

En los buques de superficie, a partir de un determinado tonelaje solía haber un médico e incluso una sala de curas con todo el material y medicamentos precisos, en las que además se podían hacer pequeñas operaciones; en los casos más graves se hacían las pertinentes curas de urgencia y se evacuaba a los heridos a una unidad con mayor capacidad sanitaria.

Abandono del buque:

Cada tripulante en caso de abandono del buque por hundimiento u otra circunstancia tenía que acudir a un lugar determinado para embarcar en los botes asignados y debía hacer para ello los trabajos requeridos en esa situación, (arriar botes, embarcar provisiones, equipos de comunicaciones, etc.) todo ello si era posible hacerlo y en las proximidades no había un buque que pudiera ayudar.

Comunicaciones internas:

Las comunicaciones internas podían hacerse por varios medios dependiendo de la situación y el motivo de la comunicación.

Comunicación del puente con las máquinas:

La comunicación puente máquina en condiciones normales se llevaba a cabo por medio del telégrafo de máquinas que consiste en un cilindro adosado a un mamparo o puntal con unas leyendas en su parte frontal circular, que indican el régimen de maquinas ordenado desde el puente. Otros medios eran los teléfonos internos o los tubos acústicos, los cuales consistían en unos tubos que unían diferentes departamentos y en cuyos extremos tenían unos conos de latón para hablar en ellos y escuchar acercando el oído.

Comunicación de otros departamentos entre sí y con el puente:

Igual que la comunicación con la sala de máquinas excepto la comunicación por telégrafo que es exclusiva de puente a sala de máquinas.

En caso de avería de los diferentes medios se utilizaba a un tripulante que llevaba las órdenes personalmente. Esta situación se daba en casos excepcionales y para cuando ocurría el buque ya estaba inoperativo y a punto de ser abandonado.

Comunicaciones externas:

También había varios métodos de comunicación para este caso.

Comunicación con tierra:

La comunicación con tierra se llevaba a cabo por telegrafía o radio transmisión.

Comunicación entre buques:

Dependiendo de la situación se podía llevar a cabo por varios medios:

Si no había orden de silencio de radio se comunicaban por radio o telegrafía en caso contrario había otros medios.

Estos eran:

Transmisión por banderas:

Se izaban en un amantillo una serie de banderas que con arreglo a un código contenían un mensaje, también había a bordo algunos tripulantes que por medio de dos banderas movidas con los brazos y adoptando con ellas diferentes posiciones formaban letras y frases.

Transmisiones por señales ópticas luminosas:

Se usaban unos focos con unas persianas que podían ser abiertas y cerradas con una palanca. La transmisión se realizaba según el código Morse.

Transmisión por megáfono:

Cuando los buques se encontraban muy cerca podía ser usado un megáfono que consistía en un cono de metal en cuyo vértice se ponía un bocal a través del cual se hablaba, el cono actuaba como amplificador. Este medio también era usado para comunicaciones a bordo desde el puente.

Esto es a grandes rasgos lo que se encontraba cualquiera que era reclutado como tripulante en un buque de guerra.


Camarote de un oficial

Mediavilla
imhotep12@msn.com

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