Medios de lanzamiento de torpedos

Los torpedos podían ser lanzados -siempre dependiendo del buque o avión que los lanzaba- por diversos medios. Aquí trataremos los más usuales.

Tubos lanzatorpedos:

El lanzamiento por tubos lanzatorpedos se llevaba a cabo en los buques de superficie o submarinos y también en baterías costeras de tubos lanzatorpedos, como por ejemplo los tubos lanzatorpedos instalados en las costas de Normandía, en la Muralla del Atlántico.

En los buques de superficie había una o dos baterías, en éste caso una a cada banda y hacia la mitad de popa, las que habitualmente tenían cuatro tubos. Había baterías de torpedos de dos y tres tubos también. Los submarinos solían llevar tubos lanzatorpedos a proa y a popa, variando el número de tubos dependiendo del modelo (ver tabla).

Lanzamiento desde submarinos:

El sistema de lanzamiento de torpedos de los submarinos alemanes durante ambas guerras mundiales se llevaba a cabo habitualmente por medio de aire comprimido introducido a presión en el tubo. A partir del momento del disparo la propulsión del torpedo comenzaba a funcionar de un modo automático.

Este medio de disparo, fue modificado en la segunda guerra mundial porque en la primera guerra mundial, el lanzamiento de los torpedos originaba burbujas que delataban la presencia del submarino al salir éstas a la superficie. La modificación consistió en intercalar un pistón entre el torpedo y el aire, éste impulsaba al torpedo y una vez que el torpedo salía del tubo, la presión del agua de mar, actuaba para devolver al pistón a su posición inicial. El método tenía sus inconvenientes pues el tubo debía tener un buen acabado que resultaba muy costoso y los lanzamientos estaban limitados por la profundidad a la que se producían, porque cuando la presión exterior superaba a la del aire de lanzamiento el lanzamiento no se producía. Reseñar que había momentos en los que se desestimaba el uso del pistón como por ejemplo en ataques nocturnos o con poca visibilidad por parte de los escoltas. Esto se hacía para ganar tiempo en los procesos de carga de torpedos y el posterior disparo de los mismos.

Hubo países durante la segunda guerra mundial que usaron un método diferente, sin pistón y libre de burbujas, método que fue usado por los alemanes en la construcción de los submarinos tipo XXI. El sistema consistía en hacer tubos más grandes, con la medida del diámetro del torpedo a la salida del tubo y colocar unos carriles guía. Se lanzan los torpedos con aire comprimido dosificado, que al lanzar el torpedo pierde presión lo que impide la salida del aire por la presión del agua de mar, al tiempo se abre una válvula de la parte trasera del tubo y la vacía en un tanque interior. El sistema era más barato que el del pistón pero tenía las mismas limitaciones en lanzamientos a profundidad.

En las compuertas de los tubos lanzatorpedos de los submarinos, había un seguro que impedía que ambas compuertas (interior y exterior) pudieran abrirse accidentalmente a un tiempo. Para cargar un torpedo la compuerta externa debía estar totalmente cerrada, del mismo modo que el seguro impedía que la puerta interior fuera abierta mientras la exterior estaba en el mismo estado.

El torpedo podía ser regulado antes de ser introducido en el tubo pero una vez dentro el tubo disponía de mecanismos para regular o modificar la regulación ya hecha.

Lanzamiento desde buques de superficie:

El lanzamiento desde los buques de superficie se llevaba a cabo según lo comentado en el apartado ataques con torpedos.

Los tubos eran similares a los usados en los submarinos, pero sin compuertas ni limitaciones de ningún tipo. Las únicas limitaciones estaban marcadas por las distancias a guardar durante el ataque, que debían ser más lejanas en estos medios de ataque, pudiendo en el caso de los submarinos, atacar a menos distancia y con más posibilidades de éxito si se conservaba durante los momentos previos al ataque el factor sorpresa.

Lanzamiento desde aviones:

El lanzamiento desde aviones se llevaba a cabo preferentemente a rumbo de colisión (ver ataques con torpedos). Los aviones se acercaban a la zona donde se encontraba el blanco a una altitud de unos 3000 metros. Una vez cerca del objetivo el avión descendía hasta una altitud entre 10 y 20 metros sobre el nivel del mar para proceder al lanzamiento del torpedo a una distancia del objetivo en torno a los 1000 metros más o menos, elevándose ligeramente para pasar por encima de la cubierta del navío atacado y seguir su rumbo a baja altitud ofreciendo la menor superficie posible a los disparos de las baterías antiaéreas, recobrando de nuevo la altura adecuada una vez que ha salido de la zona batida por dichas baterías.

¿Qué ocurría una vez lanzado el torpedo?

Una vez lanzado, el torpedo tenía mecanismos internos que dirigían su rumbo hacia el objetivo; mecanismos regulados o programados previamente. Esos mecanismos consistían en dispositivos de navegación por inercia (giróscopos y péndulo) que actuaban sobre timones de profundidad y de dirección y lo mantenían a una profundidad, en el rumbo preestablecidos y a una velocidad ya prevista, todo ello hasta que acababa su combustible o daba en el blanco. Las posibilidades de acertar aumentaban cuanto menor era la distancia entre el buque o avión atacante y el buque atacado, pero también a menor distancia, el peligro de ser acertado por las defensas del buque atacado eran mayores en el caso de los buques. En el caso de los aviones, acercarse más de la distancia normal de lanzamiento suponía tener averías lo suficientemente serias como para ser derribado y perder la oportunidad de disparar el torpedo. De hecho había bastantes aviones que eran derribados antes de lanzar.

Tubos lanzatorpedos del submarino japonés I-58. Fotografía tomada luego de finalizada la guerra en 1946

Mediavilla
imhotep12@msn.com
Mayo 2005

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