Casos de Estudio 007:

Batalla del Golfo de Leyte

El Mar de Sibuyan

Después de recibir el aviso de los submarinos Darte y Dace sobre los movimientos de la flota japonesa, Halsey ordenó el desplazamiento de los grupos 38.2, 38.3 y 38.4 hacia las costas orientales de Filipinas. El grupo 38.3 formado por los portaaviones Essex y Lexington, portaaviones ligeros Langley y Princeton, acorazados Massachusetts y South Dakota, cruceros Birmingham, Reno, Santa Fe y Mobile, además de 15 destructores, y que estaba mandado por el contraalmirante Sherman, se situó próximo a las islas Polillo para controlar las aguas occidentales de Luzón y el estrecho de Mindoro. El 38.2 en el que estaban el portaaviones Intrepid, portaaviones ligeros Cabot e Independence, acorazados Iowa y New Jersey, cruceros Vincennes, Miami y Beloxi y 16 destructores, situados a la salida del estrecho de San Bernardino y mandados por el contraalmirante Bogan que vigilaría dicho estrecho y controlaría también el mar de Sibuyan. Por último el grupo 38.4 situado en las proximidades del golfo de Leyte del que formaban parte los portaaviones Franklin y Enterprise, portaaviones ligeros San Jacinto y Belle Wood, cruceros Wichita y New Orleans y 13 destructores al mando del contraalmirante Davidson, que controlaría las aguas próximas a las islas de Negros, Cebú y Panay.

Estos tres grupos hicieron despegar sus aviones al amanecer del día 24 para comenzar las labores de exploración por las diferentes zonas. Habían despegado alrededor de las 6 a.m y hacia las 7,45 un Helldiver del portaaviones Intrepid perteneciente al grupo 38.2 localizó a la flota de Kurita al sureste de Mindoro, navegando hacia el este por el estrecho de Tablas.

Halsey que se encontraba en su buque insignia New Jersey recibió el mensaje a las 8,20 y ordenó que estos tres grupos se concentraran cerca del estrecho de San Bernardino para atacar a la flota japonesa con sus aviones.

A las 9,10 despegaron los aviones del grupo 38.2. El grupo 38.4 tuvo que esperar por sus aviones que habían sido enviados para atacar la flota de Nishimura, ataque llevado a cabo en el mar de Joló cerca de las islas de Mindanao y Negros; y el 38.3 se vio obligado a atrasar la salida de sus aviones porque había enviado 20 Hellcats para atacar los aeródromos de Manila y de improviso vio por radar como se aproximaba una fuerza aérea enemiga, por lo que tuvo que cambiar de objetivo.

La fuerza aérea japonesa enviada por Fukudome como parte del plan para distraer a Halsey la constituían unos 30 aviones bombarderos y torpederos escoltados por un similar número de cazas Cero. La mayor experiencia de los pilotos americanos -mandados por el capitán de fragata y as D. McCampbell junto con su hombre de ala R.W. Rushing- inclinó la balanza del lado americano. Lo mismo ocurrió mientras tanto con los grupos aéreos de los portaaviones del 38.3 que derribaron un considerable número de aviones japoneses, al tiempo que los portaaviones aprovechaban las borrascas y cortinas de lluvia para protegerse, saliendo de ellas para recoger los aviones y llevar a cabo el reaprovisionamiento de éstos, tanto en combustible como en municiones.

Esas borrascas que protegían al grupo fueron a la postre las causantes de la sorpresa que dio un Judy con resultados catastróficos. El avión solitario salió de entre las nubes, eran las 9,40, y el Princeton estaba recogiendo sus aviones cuando apareció el avión japonés, el cual lanzándose en picado mientras los artilleros de los buques disparaban sus antiaéreos, soltó una bomba de 225 kilos desde unos 900 metros. Esta bomba atravesó la cubierta de vuelo del portaaviones para seguir su trayecto a través de otras dos, explotando a continuación y causando a su vez el incendio de gasolina y la explosión de seis torpedos colocados en otros tantos aviones, destrozando además los ascensores. El fuego se extendió con gran rapidez por todo el buque y se dio la orden de abandonarlo, quedando solamente los miembros del grupo contraincendios y control de daños. Se aproximaron los cruceros Reno y Birmingham para prestar ayuda, reforzar los grupos contraincendios y recoger al personal del Princeton que no participaba en labores de extinción. Llevaban ya casi dos horas en los trabajos de extinción y parecía que el incendio se podía controlar cuando una nueva amenaza de ataque hizo que los dos cruceros se alejaran momentáneamente para repeler el ataque de un posible contacto submarino.

El Birmingham a pesar del posible peligro regresó para continuar las labores de extinción en el Princeton e intentar el remolque del portaaviones si ello era posible. Los hombres del crucero se arremolinaban en la cubierta dispuestos para saltar al portaaviones, cuando de repente se produjo una gran explosión causada por un incendio cerca de popa en un pañol de torpedos. Los trozos de metralla y hierros barrieron la cubierta del Birmingham ocasionando una carnicería entre todos los allí presentes. La suerte del Princeton quedó sellada y definitivamente se procedió a su abandono para posteriormente ser torpedeado por el Reno.

Entretanto los grupos 38.2 y 38.4 atacaban a la flota de Kurita sin apenas ser molestados por la aviación japonesa inflingiendo un duro castigo a la Fuerza Central. Los primeros aviones pertenecientes a los portaaviones Intrepid y Cabot despegaron a las 9,10 procediendo al ataque a las 10,25 a la salida del estrecho de Tablas en el mar de Sibuyan. Los buques japoneses comenzaron a navegar en zigzag para evitar las bombas y torpedos mientras todas sus piezas antiaéreas lanzaban nubes de metralla y proyectiles. Dos torpedos dieron en el Myoko y uno en la banda de estribor del Musashi el que siguió navegando normalmente. Una segunda oleada del Intrepid concentró su ataque en el Musashi, que ya comenzaba a embarcar grandes cantidades de agua y a escorarse, por lo que su velocidad se vio considerablemente reducida por causa de la compensación hecha al inundar los tanques del costado contrario para corregir la continua escora. Este acorazado continuó siendo castigado duramente por sucesivas oleadas de aviones del Essex, Franklin, Enterprise, Intrepid y Cabot, y después de una lenta agonía se hundió a las 19,35 llevando consigo a 1200 de sus tripulantes.


Acorazado de la clase Yamato bajo ataque en el Mar de Sibuyan

Hasta el momento del hundimiento del Musashi la Fuerza Central había estado sometida a un duro y continuo ataque aéreo que había afectado de algún modo a casi todos sus efectivos siendo (aparte del Musashi) el más afectado el crucero Myoko.

Kurita que había pedido en vano ayuda aérea a Fukudome (ya que éste no cumplió el plan previsto y usó sus aviones en ataques contra portaaviones enemigos), se dio cuenta de que Ozawa aún no había sido localizado, decidió invertir el rumbo a las 15 horas a la espera de una situación más propicia. Esta maniobra tuvo una gran importancia e iba a proporcionar a Kurita la posibilidad de conseguir los objetivos previstos, posibilidad sin embargo perdida como veremos más adelante.

La retirada de Kurita y la aparición de Ozawa de un modo casi simultáneo hizo que Halsey mordiera el anzuelo. Este en la creencia de que la retirada de Kurita era debida a graves pérdidas ordenó a los tres grupos operativos 38.2, 38.3, 38.4 arrumbar al norte en busca de los portaaviones de Ozawa, cuya avanzadilla formada por acorazados cruceros y destructores entre los que se encontraban los híbridos Ise y Hyuga fue localizada a las 15,40 horas. Una hora más tarde se avistó el resto de la flota de Ozawa.

Halsey explicaría más tarde que la Flota de Kurita estaba, según los informes, tan dañada que no suponía un peligro para la 7ª Flota.    


Avión embarcado preparándose para despegar en busca de los barcos japoneses

Mediavilla
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