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       Casos de Estudio 005: 
      Beda Fomm 
      De la ofensiva italiana contra Egipto a la derrota 
        en Beda Fomm 
      
      Una ofensiva de poco peso 
        
        Desde el 10 de junio al 13 de septiembre solamente tuvieron lugar algunas 
        escaramuzas entre ambos contendientes, (comenzadas por incursiones británicas 
        al día siguiente de la declaración de guerra italiana) donde siempre llevaban 
        la de perder los italianos. Uno de los motivos era que los ingleses, que 
        poseían tropas móviles, podían atacar cuando y como quisieran, mientras 
        que los italianos quedaban atados al terreno por su falta de movilidad. 
        De esta forma 25 oficiales italianos (incluido un general) y 500 soldados 
        fueron tomados prisioneros. 
      
         
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              Además, se empezó a conocer la cruda realidad de otro problema: 
              la RAF era superior a la Regia Aeronautica, y 50 aviones italianos 
              ya habían resultado destruidos en aire y tierra. Peor aún, la Royal 
              Navy se acercaba a los puertos italianos en Africa y los bombardeaba 
              con sus potentes cañones 
              
              Cuando finalmente el Ejército italiano se puso en movimiento para 
              invadir Egipto desde sus bases en Libia el 13 de septiembre, se 
              movilizaron 80.000 soldados, agrupados en 5 divisiones de infantería 
              y 7 batallones de tanques. Encabezaba el avance las tropas de choque 
              de los camisas negras (Arditi) 
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             Un curioso espectáculo: 
             
              Las tropas italianas se formaron en posición de desfile a 
              la vista de las primeras guarniciones inglesas. Detrás de 
              los camisas negras -armados con dagas y granadas- muchos camiones 
              llevaban un curioso contenido: monolitos y monumentos italianos 
              que irían marcando el victorioso avance de las nuevas legiones 
              romanas. Tan convencidos estaban algunos mandos italianos de que 
              los ingleses solamente ofrecerían una simbólica resistencia... 
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        Iban dirigidas por el mariscal Rodolfo Graziani de 58 años de edad, sustituto 
        de Balbo, el cual no estaba de acuerdo con lanzarse a aquella aventura 
        de inciertos resultados. Cuando tomó el mando de las tropas italianas, 
        con el cargo de Comandante en Jefe de las Fuerzas Italianas en Libia, 
        pensaba que tendría que desarrollar tareas defensivas contra las incursiones 
        británicas en la frontera, pero se quedó estupefacto al saber que Mussolini 
        pretendía una invasión en gran escala, internándose en más de 500 kilómetros 
        de territorio egipcio, en una guerra para la cual los italianos no tenían 
        los medios adecuados. El objetivo final era la base de Alejandría. Las 
        protestas fundamentadas de Graziani no fueron escuchadas por el líder 
        italiano. En una reunión del 18 de agosto con sus generales en Trípoli, 
        todos estaban en contra de lanzar una ofensiva. Con la excusa de que aún 
        no recibía los tanques medios prometidos, Graziani detuvo el inicio de 
        la invasión hasta que le fue posible, pero Mussolini le amenazó con destituirlo 
        y no tuvo más opción que lanzar sus tropas hacia el Este. En efecto Mussolini 
        creía inminente la invasión alemana a Gran Bretaña y por ello pedía por 
        todos los medios que sus tropas estuvieran avanzando cuando los ingleses 
        se rindieran y le dijo a Graziani: “No estoy fijando objetivos territoriales 
        precisos, sólo le pido que ataque a las fuerzas británicas”. También 
        Badoglio lo intimaba a cumplir las órdenes del líder italiano. Finalmente 
        Mussolini dijo que él “asumía personalmente la responsabilidad de dicha 
        orden”, refiriéndose de esta forma a que se hacía cargo de las consecuencias 
        de la invasión 
      
         
           
             
                
              Carros M13/40 rodando por el desierto libio 
             
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             No valía la pena moverse por tan poca cosa... 
            El plan original de Grazini era avanzar hasta Sollum y ahí decidiría 
              si detenerse para reorganizarse, o si finalmente recibía los prometidos 
              camiones y tanques medios podría entonces continuar el avance. Todo 
              esto estaba basado en un evidente conocimiento de la falta de medios 
              para realizar incursiones mayores. Incluso Graziani sugirió comenzar 
              las acciones recién a fines de octubre cuando terminara la estación 
              cálida, debido a las dificultades que tendría para llevar a sus 
              tropas un elemento vital: agua. A pesar de ello el plan planteado 
              por Graziani no le gustó a Badoglio para quien no valía la pena 
              moverse para tan poca cosa... 
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        La ofensiva parecía desarrollarse bien, pero más que nada porque los ingleses, 
        de acuerdo a órdenes recibidas previamente, se iba retirando a posiciones 
        más defendibles (Mersa Matruh que estaba unida a Alejandría por una vía 
        de ferrocarril). Tanta era la confianza en el rápido avance que camiones 
        transportaban monumentos en mármol que se pensaba ir colocando en los 
        lugares conquistados... 
        
        Destacamos aquí que el plan de Graziani incluía un movimiento envolvente 
        a cargo de las divisiones libias y de la Agrupación Maletti, pero la falta 
        de medios de transporte terminó por favorecer un avance frontal del XXI 
        Cuerpo de Ejército siguiendo la franja costera. Aún así la Agrupación 
        Maletti avanzó pero con muchas dificultades paralelamente a la fuerza 
        principal pero algo más al sur de la misma. Sufría los ataques de la RAF 
        y la falta de preparación de sus vehículos para las duras condiciones 
        del desierto 
        
        Los italianos capturaron Sidi Barrani a 100 kilómetros de su punto de 
        partida a los cuatro días de iniciada su ofensiva. Tristemente sería este 
        el punto máximo adonde llegarían los italianos, pues aquí se detuvieron 
        el 18 de septiembre a consolidar sus posiciones, construir fortificaciones 
        y prepararse para el empuje siguiente, que nunca llegó a realizarse. La 
        limitada ofensiva italiana había costado 120 muertos y 410 heridos y había 
        tardado cuatro días en avanzar 100 kilómetros, castigados por hábiles 
        repliegues ingleses, la artillería, la RAF y un arma hasta entonces poco 
        conocida y usada: los campos minados 
      Los italianos se plantan a la 
        defensiva 
        
        Una de las razones para que Graziani detuviera su avance era que todo 
        su flanco izquierdo y el corredor por el cual le eran enviados los suministros 
        estaba expuesto a los bombardeos de los barcos de la Royal Navy. (La situación 
        empeoraría luego del ataque a la flota italiana en Tarento el 11 de noviembre, 
        porque ahora la marina italiana estaba más débil todavía para enfrentarse 
        a los ingleses. Este ataque aeronaval británico buscaba precisamente ganar 
        el dominio del Mediterráneo ante la próxima ofensiva terrestre que pensaban 
        lanzar. Ver artículo Tarento: 11 
        de noviembre de 1940) 
        
        Graziani mandaba las acciones desde su puesto ubicado a 500 kilómetros 
        de distancia y ordenó al general Mario Berti que dispersara sus fuerzas 
        en un semicírculo de siete puestos de defensa. Los siguientes tres 
        meses, las tropas italianas permanecieron construyendo estas fortificaciones 
        y luego acantonadas en ellas 
        
        Las siete fortificaciones eran de Norte a Sur: Maktila, Tummar Este, Punto 
        90, Tummar Oeste, Nibeiwa, Rabia y Sofafi. Como los italianos esperaban 
        una guerra de posiciones todas las fortificaciones estaban con las armas 
        orientadas hacia el este y debían apoyarse mutuamente. Sin embargo 
        había una brecha de 25 kilómetros entre Nibeiwa y Rabia que no estaba 
        protegida ni patrullada... 
        
        Defendiendo estas siete posiciones estaban dos Divisiones Libias, una 
        División de Camisas Negras y la Agrupación Maletti que era equivalente 
        a otra división. Se mantenía otra División en reserva al sur del dispositivo. 
        Entre Buq Bub y Sidi Barrani estaba otra División más y otras dos más 
        algo más al oeste, en la zona Sollum-Capuzzo-Sidi Omar. 
      Sorpresivo ataque británico desmorona 
        las defensas 
      
         
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             A primeras horas del 9 de diciembre de 1940, el teniente coronel 
              Vittorio Revetra (comandante de la fuerza de cazas) avistó importantes 
              formaciones de vehículos blindados ingleses a pocos kilómetros del 
              sistema defensivo italiano. Avisó inmediatamente a Graziani quien 
              no tomó en cuenta la importante información y le pidió al sorprendido 
              aviador que le enviara un informe escrito, y solamente se 
              limitó a notificar a las guarniciones pero sin ordenar acciones 
              puntuales. Esta falta de previsión tendría fatales consecuencias.... 
            Nota: El general Sir Archival Wavell y en especial el teniente 
              general Richard O’Connor habían mantenido en secreto hasta último 
              momento sus planes de ataque, incluso sin informar a sus propias 
              tropas, las cuales creían estar en maniobras hasta tres días antes 
              del inicio de las acciones. Se tomaron todo tipo de medidas para 
              asegurar la sorpresa, la cual fue en definitiva, parte importante 
              del éxito de la ofensiva. Algunos de los primeros prisioneros capturados 
              por los ingleses reconocieron que habían sido avisados del inminente 
              ataque pero no tenían órdenes específicas en cuanto a qué hacer 
              al respecto. 
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        Las fuerzas italianas fueron de esta forma sorprendidas en pleno desayuno 
        y con los tanques aparcados en sus lugares de descanso. Veinte de ellos 
        fueron destrozados por los Matilda sin que llegaran a ser abordados por 
        sus tripulantes. Los italianos trataron de responder pero incluso encontraban 
        la muerte debajo de las orugas de los blindados. El general Pietro Maletti 
        comandante de Nibeiwa fue muerto en las acciones por los Matilda, cuando 
        salía de su tienda disparando un arma portátil. Solamente en tres horas 
        todo el puesto fortificado estaba en poder de los británicos y 2.000 italianos 
        habían sido tomados prisioneros 
        
        El fuerte de Maktilda con 500 soldados fue entregado por su comandante 
        apenas sonaron los primeros disparos de los ingleses. La rendición sin 
        luchar muestra en parte el estado de descontento de los italianos con 
        respecto a las órdenes de invadir Egipto recibidas anteriormente 
        
        Sidi Barrani cayó luego de cuatro horas de combate el 10 de diciembre 
        de 1940. Nuevamente las fuerzas acorazadas habían decidido la batalla. 
        Más de 20.000 italianos fueron tomados prisioneros. Según Graziani “era 
        imposible romper una armadura de acero con sólo las uñas”, en clara 
        referencia a la falta de medios de sus tropas para combatir a los blindados 
        británicos 
        
        El 11 de diciembre la 64º División Catanzaro que se encontraba en retirada 
        fue cercada por la 7ª División Acorazada británica, y casi todos sus efectivos 
        se rindieron 
        
        Los británicos que esperaban tomar un máximo de 3.000 prisioneros se vieron 
        abrumados al tener que encargarse de más de 39.000 italianos rendidos 
        en los primeros tres días de acciones. En clara muestra del desencanto 
        con el fascismo de Mussolini muchos de los italianos colaboraban con sus 
        captores en lo que podían, incluso en construir nuevas fortificaciones 
        o enseñarles algunas formas de preparar pastas italianas... 
      
         
           
            
                
              Artillería italiana de 100mm con su servidor abatido al 
                pie de su arma 
             
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        La debacle italiana continuaría sin pausa... Faltos de medios para combatir 
        a los blindados ingleses y desmoralizados, en rápida sucesión caerían: 
        Buq Buq el 10 de diciembre cortando la retirada italiana; Sollum, el Paso 
        de Halfaya, el Fuerte Capuzzo y Sidi Omar todos el 17 de diciembre. (Los 
        dos últimos puntos ya dentro de territorio de Libia y en el caso de Fuerte 
        Capuzzo los Matilda británicos resultaron indestructibles para la artillería 
        italiana) 
        
        Graziani culpaba a Mussolini de no haberle hecho caso ante la falta de 
        medios de sus tropas para entrar en combate. Y Mussolini culpaba a los 
        mismos italianos del fracaso. Un general italiano había caído muerto y 
        cinco más fueron tomados prisioneros. Según Mussolini: “Este es el 
        porcentaje de italianos que tienen características militares y de los 
        que no lo tienen.” 
        
        La Marina Real había contribuido a las victorias con fuertes bombardeos 
        contra Sollum el día 11 de diciembre 
        
        Una de las pocas respuestas efectivas de la Regia Aeronautica fue un duro 
        bombardeo contra la IV Brigada Acorazada el día 14 de diciembre, causando 
        fuertes bajas a la fuerza que perseguía a los italianos 
      La esperanza puesta en Bardia 
      
         
          | Luego de las primeras victorias, 
            los británicos realizaron una pausa de tres semanas, ya que 
            la 4ª División Hindú sería reemplazada por la 6º División Australiana. 
            Durante esas tres semanas los italianos no atinaron a hacer nada, 
            salvo esperar el próximo ataque enemigo | 
         
       
        
        Mussolini solicitó al teniente general Annibale Bergonzoli, comandante 
        de Bardia que resistiera a ultranza, ante lo cual “bigotes eléctricos” 
        como le llamaban, informó que resistirían. Graziani había recomendado 
        que las tropas italianas se concentraran en la defensa de Tobruk y no 
        en la de Bardia, pero una vez más la voluntad de Mussolini se impuso 
        
        Bardia era protegida por 45.000 hombres y más de 400 cañones y estaba 
        rodeada de un cinturón de defensas de 30 kilómetros, incluyendo fosos 
        antitanques. Además estaba a 150 metros sobre el nivel del mar, lo que 
        dificultaba su captura 
        
        Pero el 2 de enero de 1941 un ataque de bombarderos Wellington destruyó 
        gran parte de los fortines, puestos de resistencia y depósitos, y las 
        acciones de la RAF continuaron toda la noche. Contra estas ofensivas aéreas 
        los italianos carecían de defensa, y al día siguiente cuando los australianos 
        iniciaron su ataque la situación comenzaba a complicarse. 
        
        Todavía peores serían los efectos de los bombardeos de la Royal Navy del 
        3 de enero, encabezados por tres acorazados (Warspite, Valiant 
        y Barham), siete destructores, lanchas cañoneras y buques especialmente 
        adaptados para las acciones costeras, como el monitor Terror. Toda 
        Bardia quedó envuelta en una ola de destrucción, y gran parte del acantilado 
        de Bardia se derrumbó, aplastando varias de las posiciones defensivas 
        italianas. Varios depósitos de agua y alimentos estaban destruidos 
        
        Bergonzoli, en contra de lo prometido a Mussolini escapó vestido de paisano 
        con algunas tropas rumbo a Tobruk y el 5 de enero Bardia se rindió con 
        el resto de sus tropas: 38.000 soldados, 33 piezas de artillería de costa 
        de calibre medio, 220 de campaña, 26 antiaéreas pesadas, 40 piezas de 
        65 mm de infantería, 146 contracarro, 120 carros de combate, más de 700 
        vehículos y grandes depósitos de combustible y agua 
        
        Para disimular los desastres la Radio de Roma decía que Bardia había sido 
        atacada por 250.000 hombres y más de 1.000 aviones... A los italianos 
        le quedaban solamente unos 119 aviones, de los cuales más de la mitad 
        eran cazabombarderos 
      La Luftwaffe al rescate 
        
        Hitler no pensaba mandar fuerzas alemanas a Libia y decía en noviembre 
        “que los italianos se las arreglen solos”. A pesar de eso y de 
        que Hitler reprochaba la pésima actuación de los italianos en Africa y 
        Grecia, decidió a principios de diciembre mandar ayuda aérea, puesto que 
        de otra forma todo el Mediterráneo estaría bajo control británico 
        
        Unos pocos días después de la rendición de Bardia, unidades del X Cuerpo 
        Aéreo de la Luftwaffe se instalaban en Sicilia con unos 300 aviones, logrando 
        rápidamente la supremacía aérea entre Sicilia y Africa gracias a sus Me-109, 
        Ju-87 y Ju-88. En particular esto fue cierto con el ataque del 10 de enero 
        contra un convoy comandado por el portaaviones Illustrious, al 
        cual averiaron en el mar, y luego al día siguiente en su apresurado refugio 
        de Malta, obligándolo a escabullirse hacia Alejandría. Permaneció 11 meses 
        inactivo en reparaciones en los Estados Unidos. También participaron en 
        las acciones citadas bombarderos italianos Savoia 
      
         
          | Nota: El Fliegerkorps X era 
            una unidad de elite especialmente entrenada para ataque en picado 
            a barcos, y estaba estacionada hasta ese momento en Noruega | 
         
       
      La pérdida de Tobruk y Derna 
        
        Para el 20 de enero los italianos habían perdido ocho divisiones, y de 
        los 250.000 hombres al comienzo de las acciones solamente quedaban 125.000. 
        Los australianos estaban ante Tobruk, defendida por un perímetro de casi 
        50 kilómetros, aunque sus defensas aún no habían sido terminadas por los 
        italianos. Solamente se habían podido terminar las zanjas antitanques 
        y algunos campos minados, junto a varios bunkers y emplazamientos de ametralladoras 
        
        Cuando el ataque comenzó el 21 de enero -con fuerzas mayores a las usadas 
        en Bardia- los italianos casi no resistieron, porque no tenían como hacerlo, 
        y al día siguiente la plaza fuerte estaba en poder de los atacantes con 
        otros 27.000 italianos prisioneros (la mayoría de la División “Sirte”) 
        junto a cantidad de provisiones suficientes para alimentar a 25.000 hombres 
        durante dos meses, centenares de vehículos de transporte y otros 80 carros 
        medios y ligeros perdidos 
        
        Peor aún, los italianos no habían podido inutilizar del todo el importante 
        puerto que volvió a estar operativo en dos días, aliviando considerablemente 
        la logística de los británicos 
        
        El día 24 de enero tuvo lugar la primer batalla importante entre carros 
        de combate en la zona del fuerte Mechilli. Los italianos perdieron 
        7 carros medios y otro más fue capturado, en tanto que los ingleses perdieron 
        1 carro pesado y 6 ligeros. Pero los italianos pudieron escapar con el 
        resto de sus fuerzas 
      
         
           
             
                
              El resultado de la lucha entre carros de combate: carro italiano 
                destruido  
             
           | 
         
       
        
        Nada podía detener el desmembramiento de las fuerzas italianas que se 
        batían en retirada y Derna -ubicada a 160 kilómetros al oeste de Tobruk- 
        y defendida por la 60 º División Sabratha, cayó el 30 de enero. En realidad 
        las guarniciones italianas iban cayendo tan rápido como los ingleses y 
        australianos podían avanzar 
        
        Solamente el desvió de fuerzas terrestres y aéreas británicas hacia otros 
        teatros de operaciones, en particular a Grecia, salvó al Ejército italiano 
        de un desastre aún mayor 
      Beda Fomm: Una carrera para escapar 
        al enemigo - 5 al 7 de febrero de 1941 
        
        El repliegue o retirada italiana buscaba la protección de Trípoli, aunque 
        eso significara abandonar toda Cirenaica. El principal problema era la 
        falta de medios de transporte para la infantería, y la escasez de medios 
        acorazados con los cuales retardar el avance de sus perseguidores 
        
        Solamente algunos pocos carros de combate italianos lograron escapar a 
        un cerco del 11º Regimiento de Húsares en la zona del fuerte Mechilli, 
        y se incorporaron a las tropas en retirada. Afectado por esta derrota 
        y la pérdida de Derna, Grazini ordenó la retirada general de sus fuerzas 
        en Cirenaica. (Esta medida fue muy cuestionada luego de la segunda 
        guerra mundial, porque los ingleses estaban totalmente agotados de sus 
        avances y con muy pocos carros de combate operativos) 
        
        Para el 5 de febrero, cuando los primeros camiones italianos llegaban 
        a la zona de Beda Fomm, encontraron la ruta de escape bloqueada por fuerzas 
        del 7º Regimiento Real de Tanques que habían llegado media hora antes... 
        Los 30.000 italianos tendrían que pelear para buscar un refugio más al 
        oeste 
        
        El 6 de febrero se produjo otro golpe para los italianos: la caída de 
        Bengazi al norte de Beda Fomm apretaba aún más el cerco 
      Desesperados 
        intentos para romper el bloqueo 
        
        Las tropas italianas batidas en retirada iban comandadas por el general 
        Tellera, anterior Jefe del Estado Mayor de Balbo 
        
        Al verse con el camino de escape cortado, los italianos atacaron con su 
        artillería colocada en la retaguardia de sus fuerzas y enviaron a sus 
        tanques e infantería al ataque directo pues no había tiempo que perder 
        
        Los tanques italianos (casi un centenar de M13/40) intentaron durante 
        un día y medio romper el cerco, lanzándose al ataque. Pero la falta de 
        coordinación de estos movimientos y la tenacidad de los británicos, condenó 
        los intentos italianos al fracaso, perdiendo 80 tanques en el terreno 
        de lucha. (Los italianos solamente tenían un equipo de radio por cada 
        30 tanques de combate) 
        
        A pesar del empeño puesto por el general Tellera al mando de los contraataques, 
        nada podían hacer los italianos para escapar a la trampa. En el último 
        ataque dirigido por este general, el 7 de febrero, se llegó al combate 
        cuerpo a cuerpo con los británicos, pero finalmente sus pocos tanques 
        quedaron destruidos y Tellera cayó muerto en combate 
      
         
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            Reproducción artística de la rendición 
              italiana en Beda Fomm 
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        Perdidas ya las fuerzas acorazadas, único medio que podría haber roto 
        el cerco, muerto el general Tellera, y con los australianos cerrando la 
        trampa desde el este, el mismo 7 de febrero los italianos comenzaban a 
        rendirse en masa. Graziani ya había huido a Trípoli, y esta vez el escurridizo 
        Bergonzoli se entregó al enemigo. Otros 20.000 italianos se sumaban a 
        la lista de prisioneros de los británicos 
        
        Finalmente los ingleses llegaron hasta El Agheila el 9 de febrero de 1941 
      Alemania al rescate 
        
        A pesar de que Hitler nunca había tomado en cuenta a Africa como escenario 
        de guerra, no tuvo más alternativa que acudir al rescate de su tullido 
        aliado. El día 9 de febrero Mussolini recibe al menos una buena noticia: 
        una División Panzer y una División Ligera serán enviadas a Trípoli para 
        contener el avance británico sobre el resto de Libia y Túnez. El 12 de 
        febrero un nuevo personaje entra en escena: Rommel llega a Trípoli 
        
        Según el propio gobierno italiano se estimaba que el 85% de los italianos 
        ya estaba en contra de continuar la guerra, pues para ellos sus tropas 
        y su pueblo ya había tenido suficiente... Sin embargo, como modo de recordar 
        a los romanos que aún estaban en guerra, ordenó que las sirenas de alarma 
        antiaérea de Roma sonaran cada vez que Nápoles era atacada por la RAF... 
        La “guerra paralela” de Mussolini se había terminado 
      Gabriel Mansilla 
        gabman@adinet.com.uy 
        
       
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