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       Casos de Estudio 005: 
      Beda Fomm 
      Antecedentes a la intervención italiana en la 
        Segunda Guerra Mundial 
      Campaña en Etiopía 1935-1936 
        
        La campaña italiana en Etiopía tiene su antecedente directo en 1896, cuando 
        Italia, pretendiendo ganar territorios, perdió más de 6.000 soldados en 
        la batalla de la ciudad de Aduwa contra tropas etíopes. Ese acontecimiento, 
        conocido para los italianos como “la vergüenza de Aduwa” fue una humillación 
        nacional y se tuvieron que conformar con retener bajo su control tres 
        colonias en Africa: Libia, Eritrea y la Somalia Italiana. Otro antecedente 
        es el hecho de que Italia, pese a haber combatido del lado de los aliados 
        en la Primera Guerra Mundial, obtuvo pocas ganancias territoriales al 
        terminar la misma 
        
        Mussolini tomó en 1932 los primeros pasos para la definitiva conquista 
        de Etiopía, nombrando al general Emilio De Bono Ministro de las Colonias 
        y lo envió a Eritrea para convertir aquel primitivo dominio en una base 
        adecuada para lanzar la invasión con un gran ejército 
        
        Para 1934 aprovechando un incidente fronterizo en el cual aborígenes etíopes 
        atacaron algunas tropas italianas, lanzó amenazas contra aquel país tan 
        atrasado económica y militarmente. Para mayo de 1935 Italia tenía casi 
        un millón de soldados en armas, prontos para atacar, pero debían ser transportados 
        a Etiopía ante la vista de los ingleses en el Canal de Suez. Ni ellos 
        ni la Sociedad de Naciones fueron capaces de frenar la inminente agresión 
        italiana y para septiembre 12 divisiones estaban ya en Eritrea 
        
        El 2 de octubre Mussolini anunciaba que al día siguiente sus tropas invadirían 
        Etiopía. El avance de las fuerzas europeas contra un enemigo que no tenía 
        aviación, ni tanques, ni camiones fue rápido y triunfal. Para noviembre, 
        luego de avances de 120 kilómetros, De Bono se detuvo para asegurar sus 
        líneas de suministros y reorganizarse. Hasta entonces la Sociedad de Naciones 
        solamente se había limitado a imponer algunas sanciones económicas a Italia 
        
        La detención de la ofensiva de De Bono llevó a que Mussolini lo sustituyera 
        por Pietro Badoglio quien se lanzó a la ofensiva nuevamente el 12 de enero 
        de 1936. Sus fuerzas resultaron imparables y en cuatro meses avanzaron 
        600 kilómetros, usando para ello el moderno poderío militar italiano y 
        también gas venenoso, terminantemente prohibido por la Convención de Ginebra. 
        La aviación italiana bombardeó a la población civil como recurso de terror. 
        El 5 de mayo la capital de Etiopía, Addis Abeba cayó en poder italiano 
        
        La victoria italiana contra la débil Etiopía creó en los italianos, y 
        en especial en Mussolini, el sentido de que Italia estaba creando un Nuevo 
        Imperio Romano 
      Intervención en la guerra civil 
        española 
        
        Apenas tres meses después de su victoria en Etiopía, Mussolini involucró 
        a sus fuerzas en la Guerra Civil Española, del lado de los insurgentes 
        nacionalistas de Franco. Temía que si las fuerzas de Franco eran derrotadas, 
        la Unión Soviética fomentaría un gobierno comunista en España, teniendo 
        de esta forma al enemigo ideológico muy cerca de sus fronteras. En realidad 
        Franco había pedido a la marina italiana que observara los movimientos 
        de la flota republicana, pero no pidió una participación directa italiana. 
        
        Italia fue el país que más se comprometió en la guerra civil española. 
        A pesar de no ser una participación oficial, los italianos enviaron 70.000 
        soldados (Cuerpo de Tropas Voluntarias o CTV), cantidad de armas, aviones 
        (cerca de 760) y tanques (150). Además la marina italiana participó con 
        una verdadera flota, compuesta por 13 cruceros, 22 destructores, 42 submarinos, 
        además de casi 180 mercantes y naves auxiliares. Sin embargo, Mussolini 
        no obtuvo ninguna ganancia territorial de esta nueva participación armada 
        
        En cuanto a la aviación, la unidad llamada formada por cazas biplanos 
        Fiat CR-32 llamada “La Cucaracha”, fue la mayor unidad aérea con que contaron 
        los nacionalistas de Franco, y también se destacaron los bombarderos-torpederos 
        trimotores Savoia-Marchetti S.M. 79 Sparviero (Halcón) 
        
        El aporte italiano a los nacionales también incluyó la venta de 2 submarinos, 
        4 destructores y algunas lanchas torpederas. Fueron prestados además 4 
        destructores. La flota italiana patrulló las aguas españolas interceptando 
        e incluso hundiendo embarcaciones republicanas y también algunos mercantes 
        rusos. (Esto fue especialmente cierto a partir del acuerdo naval con Alemania 
        de 1936, por el cual ambas marinas coordinaban esfuerzos en la vigilancia 
        de aguas territoriales españolas) 
      Acumulación de fuerzas italianas 
        en Libia (hasta la muerte del mariscal Italo Balbo) 
        
        De acuerdo a la estrategia general italiana de finales de los ’30, un 
        eventual conflicto armado contra Francia e Inglaterra tendría como escenario 
        al norte de Africa. Hasta 1935 solamente había en Libia 20.000 hombres 
        para mantener el orden en la colonia. Este número fue aumentando al intervenir 
        Italia en su campaña contra Etiopía, pero recién en 1937 se empezó a encarar 
        el tema de una organización militar efectiva, y poco después se creó un 
        Mando Superior compuesto por dos Cuerpos de Ejército, con dos Divisiones 
        cada uno, sumando 60.000 hombres en total. También se inició la organización 
        defensiva de las fronteras 
        
        Al crecer las tensiones internacionales en 1938 se creó un Cuerpo Expedicionario 
        (formado por otros dos Cuerpos de Ejército cada uno con dos Divisiones) 
        que permanecería en Italia y sería enviado en caso de necesidad 
        
        El principal problema de estas fuerzas era la carencia de medios de transporte 
        para las tropas, tan necesario en las inmensas dimensiones del desierto 
        y la falta de carros blindados. Los que tenían en aquel momento eran de 
        solamente 3 toneladas y armados con ametralladoras, no con cañones 
      
         
           
            
                
              Infantería italiana carente de medios de transporte avanza 
                por el desierto llevando su equipo a cuestas 
             
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        Recién en julio de 1940 fueron enviados carros medios armados con un respetable 
        cañón de 37mm pero escasamente blindados y además pronto revelarían problemas 
        mecánicos al actuar en el desierto 
        
        Las fuerzas italianas casi no tenían armamento antiaéreo y carecían por 
        completo de armamento anticarro, con lo cual el papel defensivo de estas 
        unidades era escaso si se tenían que enfrentar a formaciones acorazadas 
        
        En cuanto a la aviación se contaba con unos 70 cazas, 70 bombarderos y 
        15 aviones de reconocimiento. Muy pocos para un ámbito tan grande 
        
        Los planes estratégicos italianos eran o bien posicionarse a la defensiva 
        contra un ataque desde el oeste (zona de Túnez) o bien desarrollar avances 
        ofensivos hacia el este, hacia Alejandría 
        
        Las fuerzas estaban al mando del mariscal Italo Balbo quien sabía perfectamente 
        las carencias de las mismas. El jefe del Estado Mayor del Ejército (general 
        Parían) consideraba necesarias 6 Divisiones para acciones defensivas y 
        12 Divisiones móviles (acorazadas y de infantería motorizada) si se pretendía 
        lanzar una ofensiva. Como hemos visto las fuerzas italianas estaban muy 
        lejos de esas necesidades 
        
        Mussolini tomó conciencia del estado de las fuerzas y ya en enero de 1939 
        determinó que el papel de los italianos en Africa del Norte sería netamente 
        defensivo. Luego del estallido de la Segunda Guerra, y cuando Italia aún 
        era neutral, las cuatro Divisiones “metropolitanas” fueron enviadas a 
        Libia y luego otras cuatro Divisiones más, pero en este caso de Camisas 
        Negras. Se sumaron dos Divisiones más agrupando a las tropas indígenas 
        ya existentes en terreno libio. Se habían acumulado así 14 Divisiones 
        de distinto origen 
      
         
           
             
                
              Camisas Negras desfilando al paso de la oca 
             
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        Se formaron de esta forma dos Ejércitos: 
        
        5º Ejército, formado por dos Cuerpos de Ejército con 5 Divisiones en el 
        Oeste 
        
        10º Ejército, formado por tres Cuerpos de Ejército con 9 Divisiones en 
        el Este (general Berti) (Este Ejército sería el que participaría en la 
        ofensiva italiana) 
        
        Balbo pedía dos Divisiones Acorazadas y dos Divisiones aerotransportables 
        más, si es realmente se iba a invadir Egipto. (Efectivamente Balbo era 
        en aquel entonces partidario de una invasión y encontró apoyo en el mariscal 
        Graziani, nuevo jefe de Estado Mayor del Ejército, quien le autorizó a 
        iniciar estudios de planes ofensivos, para aplicar en un caso hipotético) 
        
        Sin embargo, todavía en marzo de 1940 Mussolini insistía en que las fuerzas 
        italianas debían estar a la defensiva. Se basaba en el equilibrio de fuerzas 
        de aquel momento, con 130.000 italianos, 314.000 franceses en las colonias 
        de Marruecos, Argelia y Túnez y unos 100.000 angloegipcios, todo según 
        cálculos italianos. Sumado a esto en Siria los franceses tenían 200.000 
        hombres más y los británicos otras tropas en Oriente Medio 
        
        Los italianos mandaron 80.000 hombres más y otra División, llegando a 
        un total de 200.000 hombres, cifra muy baja para actuar ofensivamente 
        contra vecinos tan numerosos 
        
        A pesar de ello Balbo envió quejas directas a Mussolini el 11 de mayo, 
        las cuales no le cayeron nada bien a el Duce. (Solamente se decidió trasladar 
        una División Acorazada proveniente de Albania el 2 de junio) 
        
        Continuó con sus quejas a fines de julio cuando las primeras escaramuzas 
        entre ingleses e italianos revelaron que los tanques italianos eran acribillados 
        por las ametralladoras inglesas. La autorización de Roma para que pusiera 
        en marcha sus planes de invasión demostró que aquella ofensiva no era 
        posible: se calculaba que hacían falta mil camiones, baterías antiaéreas, 
        cañones contracarro, carros medios y material de comunicaciones... 
      
         
          | Balbo llegó a pensar incluso en invadir 
            primero el Túnez francés para tomar los medios móviles y armamento 
            de los franceses y luego lanzarse contra los británicos. Estos planes 
            eran absolutamente irrealizables y la firma del armisticio francés, 
            por el cual Túnez permanecía fiel al gobierno de Vichy, libró a los 
            italianos de meterse de lleno en una guerra a dos frentes y Balbo 
            pudo finalmente reforzar el 10º Ejército en el este con tropas provenientes 
            del 5º Ejército del oeste | 
         
       
        
        Badoglio, ahora jefe del Estado Mayor General, le prometió entonces el 
        envío de 70 carros medios con los cuales, según él, dominaría el escenario 
        del desierto, ya que los ingleses carecían de iniciativa en aquel sector 
      
         
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            Mariscal Italo Balbo 
            Finalmente el mariscal Italo Balbo, el creador 
              de la Regia Aeronautica y considerado el segundo hombre fuerte de 
              Italia, encontraría la muerte el 28 de junio cuando de regreso de 
              un vuelo de reconocimiento, su avión trimotor fue derribado por 
              el fuego antiaéreo italiano proveniente de Tobruk. Debido a la rivalidad 
              de Mussolini con Balbo, y al prestigio del Mariscal italiano que 
              era el único que podría derrocar al Duce, se corrieron rumores de 
              que no se había tratado de un accidente....Algunas versiones afirman 
              que fue derribado por el crucero San Giorgio, amarrado ante Tobruk. 
              Sin embargo, aunque el crucero efectivamente abrió fuego, testimonios 
              recientes (1997) indican que fue el jefe de las piezas antiaéreas 
              del 202º Regimiento de Artillería, Claudio Marzola, quien dio la 
              orden de disparar. En aquel entonces Marzola tenía 20 años y estaba 
              nervioso pues acababa de tener lugar un bombardeo de alta cota por 
              parte de aviones Blenheim de la RAF. Precisamente luego de aquel 
              instante el avión SM.79 de Balbo se acercó al aeródromo, con los 
              resultados antes mencionados. 
            En homenaje a un hombre que en tiempos de paz 
              había sido admirado, la RAF arrojó una corona de flores como homenaje 
              al aviador desaparecido. 
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        Sería sustituido entonces por el mariscal Rodolfo Graziani 
      Gabriel Mansilla 
        gabman@adinet.com.uy 
        
       
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