Casos de Estudio 003:

Estudio de factibilidad de la
Operación "Seelöwe"

Tauchpanzers: Panzers sumergibles o anfibios

Operación "Seelöwe" Mapa del plan de invasión final (Se abre en una ventana independiente para tenerlo a la vista mientras se lee el artículo)

Un arma desarrollada especialmente para "Seelöwe" fue el Tauchpanzer o panzer anfibio. En la práctica más que tanques anfibios eran tanques sumergibles. El encargado de este proyecto de ingeniería fue el general Georg-Hans Reinhardt quien debió preparar cientos de tanques para trasladarlos a la orilla enemiga en los primeros momentos de la invasión, cuando descargar los vehículos directamente en la playa podría ser peligrosamente difícil. La presencia de tanques alemanes desde los primeros movimientos de invasión era considerada vital. Reinhardt puso a trabajar a expertos mecánicos para convertir unos 200 tanques en tanques estancos dotados de tubos para la toma de aire. Los mismos serían llevados hasta las zonas de desembarco en las barcazas, para luego continuar su viaje hasta la costa arrastrándose por el fondo del mar. Reinhardt también hizo arreglos para que algunos tanques fueran realmente anfibios, los cuales estarían dotados con dispositivos que les permitieran flotar en el agua hasta las cubiertas de las orugas. Conectando propulsores navales a sus motores se esperaba que pudieran "navegar" a una velocidad aproximada de 10 kilómetros por hora aunque corrían el riesgo de volcar fácilmente con olas grandes.

En total se convirtieron 42 Panzer IV y 168 Panzer III.

Tauchpanzer basado en el Panzer III

Las transformaciones fueron hechas entre junio y octubre de 1940, empleando Panzer III Ausf. F, G, H y carros de mando PzBefWg III Ausf. E. En total se convirtieron 168 Panzer III en Tauchpanzers, que fue como se los denominó. Eran servidos por voluntarios.

Los escapes tenían válvulas que impedían el ingreso de agua, y la navegación submarina era guiada por girocompás. Otro equipo adicional era una bomba para desalojar el agua que pudiera entrar al vehículo. La velocidad bajo el agua era de entre 5 y 7 Km/h.

En marzo de 1941 fue cuando se abandonó la idea de la navegación profunda, y se les cambió todo el sistema flexible por el snorkel fijo mucho más corto colocado en la cúpula del comandante. El motor tomaba aire directamente del habitáculo de la tripulación. Así cruzaron el Bug durante Barbarroja, y luego de esta acción fueron empleados como carros convencionales dentro de sus unidades.

Los Tauchpanzer funcionaron aunque nunca en su rol previsto. Después del abandono de la operación "Seelöwe" se asignaron a las 3ra y 18va Panzer Division y fueron enviados al Frente Oriental. El 22 de junio elementos de la 18va cruzaron el río Bug rodando sobre el lecho, pero a una profundidad muy inferior a la prevista para Seelowe.

Inicialmente debían tener capacidad para sumergirse a 15+3 metros (15 operativos más 3 de seguridad). Para esto debían ser acondicionados en fábrica, lo que llevaba cuatro semanas de trabajo. Para cruzar ríos de hasta 6 metros bastaban un par de días.

El sistema de respiración era un snorkel flexible de 20cm de diámetro, con un una antena que corría por dentro de éste para mantenerse comunicado. Este sistema se simplificó más adelante, montando un snorkel fijo de tres metros y 75mm de díametro colocado en la cúpula del comandante.

Las fotos muestran un Panzer III durante unas pruebas, equipado con el equipo de vadeo profundo colocado en el compartimiento del motor (aunque una variante lo tenía directamente en la cúpula del comandante). Las dos barras verticales son testigos para medir la profundidad a la que estaba sumergido el tanque.

El resto de las modificaciones eran las obvias: sellos de goma en todas las aberturas y un tubo inflable colocado alrededor de la torreta para sellarla. Tanto la cúpula del comandante como el visor del conductor eran de un diseño nuevo. Una vez en tierra firme unos explosivos rompían los sellos y el tanque recuperaba sus capacidades.

Aunque parezca increíble para un vehículo de más de 20 toneladas, el principal problema detectado era que flotaban y eso les hacía perder tracción sobre el lecho del río, además de impedirles trepar a la orilla si no estaba en pendiente suave.

Como dato curioso, dentro del desarrollo del Maus en los meses finales de la Segunda Guerra Mundial se había previsto equiparlo con un sistema de vadeo para evitar que este mastodonte de 188 toneladas tuviera que usar puentes especiales. De más está decir que nunca fue puesto en práctica.

Es curioso notar que los otros dos proyectos de vehículos anfibios existentes (Panzerfähre y Landwasserschlepper) no se sumergían sino que tenían cascos conformados como botes para mejorar la navegación. A pesar de esto se comportaron deficientemente y fueron rechazados para el uso operativo. No eran vehículos de combate, sino plataformas de carga.

Patricio Delfosse
"Pato"
patriciodelfosse@ciudad.com.ar

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