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       Casos de Estudio 003: 
      Estudio de factibilidad de la 
         
        Operación "Seelöwe" 
      Los planes de la Kriegsmarine
      
        
        Según un informe preliminar de la Kriegsmarine de noviembre de 1939, para 
        poder efectuar un asalto anfibio a Gran Bretaña, era necesario antes destruir 
        las defensas costeras (artillería, batería antiaéreas y tropas), poner 
        fuera de combate a la RAF y mantener alejada a la Royal Navy de la zona 
        de desembarco. Aseguraba además este informe que sería necesaria la toma 
        desde los primeros momentos de la invasión, de un importante puerto enemigo 
        en buenas condiciones, para asegurar el abastecimiento de las tropas desembarcadas 
        evitando la congestión en las playas. Esta misión era originalmente asignada 
        a unidades de paracaidistas (7ª División Aerotransportada del General 
        Student) y el puerto escogido Dover. 
        
        Se analizaron además las ventajas y desventajas de que la flota de invasión 
        partiera de puertos franceses del Canal de la Mancha (muy cercanos a las 
        zonas de desembarco) o de que la misma partiera desde los puertos más 
        alejados(ubicados en el Norte de Alemania o las costas del Báltico, donde 
        podrían estar a salvo de los bombarderos británicos) 
      
        
        Finalmente la Marina se decidió en sus planes por el camino más corto, 
        a través del Canal de la Mancha, pero encontraba una de las grandes dificultades 
        en la total falta de una flota de transporte adecuada, y en el tiempo 
        necesario para acondicionar hasta a las simples gabarras que deberían 
        ser arrastradas por remolcadores 
        
        Los mismos expertos de la Marina consideraban que si la RAF era vencida 
        y la Royal Navy neutralizada, no le quedaría más nada que hacer a los 
        británicos que rendirse, pues el Ejército alemán era notoriamente más 
        poderoso que el británico. De esta forma comenzaba a tomar forma la paradoja, 
        puesto que si la condiciones necesarias para el asalto estaban aseguradas, 
        según el Alto Mando de la Marina, la invasión misma no sería necesaria... 
        
        El tema del estado del tiempo sobre el canal fue considerado desde el 
        comienzo como absolutamente importante para las operaciones. Sin buen 
        tiempo, ni la Kriegsmarine ni la Luftwaffe podrían ejercer sus funciones 
        y las tropas desembarcadas podrían correr el riesgo de quedar aisladas 
        y sin abastecimientos 
        
        El dragado de las vías de navegación y la eliminación de los minas era 
        otro problema a resolver para la Kriegsmarine, falta de recursos también 
        en este sentido 
        
        La propia Marina de Guerra que fue la primera en plantear el tema de la 
        invasión, fue la que luego se tornó más pesimista con respecto a su realización, 
        al estudiar con detalle las dificultades de la operación y la disponibilidad 
        de recursos para llevarla a cabo, presentadas formalmente en un memorando 
        del 19 de julio. Una de la mayores dificultades era que al tener que desembarcar 
        en playas libres, toda la flotilla de transporte tenía que ser acondicionada 
        con rampas especiales y modificaciones en las proas de las embarcaciones. 
        Pero el más importante obstáculo, era que la Marina consideraba que no 
        podría asegurar la protección del pasillo de mar después del primer asalto, 
        cuando la Royal Navy entrara lógicamente en acción 
        
        Según Raeder, aún contando con la superioridad aérea, las principales 
        dificultades eran el dragado de los campos minados del enemigo, la colocación 
        de las minas propias y poder preparar en poco tiempo, puertos de embarque 
        en la orilla enemiga; pero la más importante de todas continuaba siendo 
        conseguir los barcos necesarios para el transporte 
        
        Solamente podría la Kriegsmarine asegurar un desembarco en el sector delimitado 
        por Folkestone y Eastbourne, argumento al que se oponía fuertemente el 
        Ejército (en especial en las figuras de Brauchitsch y Halder) 
        
        La Marina creía que solamente podría barcos para una única travesía hasta 
        cerca de Brighton (cantidad insuficiente y además inadecuadas; solamente 
        podrían transportar 10 divisiones pero sin armas pesadas ni demasiados 
        tanques). Estos cambios debido a la falta de embarcaciones llevaron a 
        reducir los 250.000 soldados destinados a la invasión a solamente la mitad, 
        con lo cual, en palabras de Halder “Sólo se podría dar el golpe de 
        gracia... a un enemigo vencido ya en la batalla aérea” 
        
        El principal problema de la flota de invasión alemana era su incapacidad 
        para transportar y poner sobre las playas a la mejor arma del Ejército: 
        las Divisiones Panzer 
        
        El material que la Kriegsmarine llegó a reunir fue de 170 mercantes, 1277 
        barcazas y 471 remolcadores 
        
        No tenían tampoco los alemanes una segunda flota de transportes capaz 
        de llevar los suministros. En lugar de eso, las barcazas y embarcaciones 
        que sobrevivieran a la primera fase serían las responsables también del 
        suministro 
        
        Otra dificultad era la navegación conjunta de buques de guerra y la flota 
        de invasión. Al ser las embarcaciones de cubierta baja, el pasaje de un 
        buque grande a alta velocidad cerca de las mismas las podría hundir... 
        
        Para Alemania construir una flota de la invasión o de suministro, requeriría 
        tiempo (por lo menos un año), lo cual sería muy evidente para sus enemigos 
        y desviaría los recursos de otros programas. 
        
        La Kriegsmarine calculaba que el tiempo necesario entre el primer desembarco 
        y la segunda oleada de refuerzos sería de entre 8 y 10 días. (quedarían 
        9 divisiones de la Wehrmacht sin ningún tipo de refuerzos ni abastecimientos 
        contra las 28 británicas con todo el potencial disponible) 
        
        Sería tarea de la marina bloquear la entrada oeste del Canal de la Mancha 
        con los submarinos, a pesar de que tendrían que operar en aguas de fuertes 
        corrientes y contra barcos de guerra mucho más veloces que los lentos 
        mercantes. La entrada Este sería bloqueada con minas y 14 torpederos (Destacamos 
        que en la misma zona los ingleses tenían 20 destructores y 3 cruceros 
        ligeros). 
        
        Algunas ideas disparatadas suponían que si el desembarco era realizado 
        en la noche, las tropas alemanas disparando desde las barcazas serían 
        capaces de repeler los ataques de la flota inglesa... 
        
        Para conducir la flota de invasión se calculaba que se necesitaban 20.000 
        tripulaciones y la Kriegsmarine, aún sacando marinos de sus barcos de 
        guerra, podría llegar a 4.000. Otros 3.000 fueron aportados por la Wehrmacht 
        y la Luftwaffe provenientes de aquellos que habían sido marinos en su 
        vida civil y reclutando a fondo entre el personal de las fábricas y reservas 
        se pudo reunir 9.000 hombres más... Aún así faltarían 4.000 tripulaciones 
        más... La conclusión de la Kriegsmarine fue que las embarcaciones tendrían 
        que ser tripuladas por dotaciones menores a lo normal.... 
      
         
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            Desde las improvisadas barcazas de desembarco se practica la descarga 
            de material  | 
           
               
              Cada remolcador llevaría dos barcazas a una velocidad de 2 a 3 nudos, 
              mientras que las corrientes del canal solían ser de 5 nudos.. Para 
              la velocidad mencionada, significaba que los soldados estarían en 
              esas barcazas durante al menos unas cuantas horas, y en el caso 
              de intentar cruces de 80 millas, un total espeluznante de 30 horas... 
              
              Según el plan la flotilla de barcazas avanzaría en columna hasta 
              llegar a 10 millas de la costa. En ese momento girarían navegando 
              paralelo a la costa y al terminar esta maniobra, con las barcazas 
              a lo largo del frente de desembarco, realizarían un giro simultáneo 
              de 90 grados para encaminarse definitivamente hacia las playas.. 
              Todas estas maniobras serían realizadas en la oscuridad de la noche 
              por tripulaciones no expertas... Dada la proximidad del frente de 
              lucha, no se podían realizar entrenamientos en condiciones “reales” 
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        Solamente se realizó un ejercicio de práctica en las afueras de Boulogne 
        pero a la luz del día, para que los observadores alemanes pudieran evaluar 
        los resultados. Participaron 50 barcos. La mitad de las barcazas demoraron 
        más de una hora en dejar sus tropas en la playa con respecto a las primeras 
        unidades desembarcadas, y el 10 % de ellas ni siquiera logró el cometido. 
        La presencia de soldados en la barcazas hizo que fueran más difíciles 
        de manejar. Los marinos procuraban mantener la distancia con respecto 
        a las embarcaciones vecinas por temor a las colisiones. Una de las barcazas 
        volcó cuando los soldados se precipitaron contra un lado, ante el peligro 
        de otra barcaza que se acercaba por un costado. A pesar de ser un ejercicio 
        sin los peligros del combate y a plena luz del día, solamente la mitad 
        de las tropas fueron desembarcadas correctamente. Sin embargo el ejercicio 
        fue considerando como positivo por los observadores alemanes. 
        
        Ni siquiera había suficientes chalecos salvavidas para todas las tropas 
        que serían desembarcadas, por lo que se suponía que las embarcaciones 
        de las primeras oleadas regresarían llevando de nuevo los chalecos para 
        las tropas de la segunda oleada 
        
        Tampoco se ponían de acuerdo la Marina y el Ejército en cuanto al uso 
        de niebla artificial para proteger la zona de desembarco. El Ejército 
        pedía la protección de una cortina de niebla artificial para las tropas 
        desembarcadas pero la Marina remarcaba que eso afectaría negativamente 
        a las tripulaciones de las barcazas 
        
      Gabriel Mansilla 
        gabman@adinet.com.uy 
       
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