Casos de Estudio 001:

Operación "Market-Garden"

Análisis de las causas del fracaso de “Market”

Errores estratégicos:

Organización de “Market-Garden” a nivel estratégico

         Si bien “Market-Garden” surgió como la solución para que los aliados continuaran avanzando rápidamente, forzando a los alemanes a la derrota ese mismo año, careció por varias razones de la preparación y el mando unificado que tuvo “Overlord”. Una de las razones evidentes es que para “Overlord” los preparativos llevaron años. Se crearon comités especiales, se desarrollaron elementos de apoyo (puertos artificiales, oleoductos, etc.) y las tropas tuvieron amplio entrenamiento adecuado. Sin embargo, desde el surgimiento de la idea de “Market-Garden” a su ejecución, el tiempo transcurrido fue solamente de un mes. Además, el mismo planteo de Montgomery tenía fuerte rechazo de parte de los altos mandos de los EE.UU., porque comenzaban a entrar en juego los intereses personales de cada uno de los países aliados y de sus mandos. Es decir que la idea de un éxito logrado gracias a los británicos no era del todo bien recibida por los estadounidenses, quienes creían que si el apoyo logístico era destinado a sus ejércitos podrían lograr la misma victoria que se buscaba con “Market-Garden”. Complicaba más la situación, el deseo personal de Brereton y Bowning de dar un uso a sus tropas aerotransportadas que justificara su existencia (Más teniendo en cuenta las operaciones planeadas y canceladas ante el rápido avance terrestre luego de la ruptura en Falaise). Por estas y otras razones, “Market-Garden” careció de un mando estratégico unido y coherente en cuanto a los objetivos a lograr y la forma de alcanzarlos.

         Otro elemento a destacar es que el CG. de las Fuerzas Aerotransportadas Combinadas (posteriormente llamado 1er. EAA) al mando del TG. Brereton fue creado recién el 2 de agosto, lo que remarca en cierta forma la improvisación reinante en “Market-Garden”. Tenemos que recordar además que el 1 de septiembre Eisenhower asumió el mando de las operaciones terrestres, sustituyendo en ese sentido a Montgomery, justo un par de semanas antes de la operación aerotransportada. Dado que el CG. del XVIII CE. aerotransportado (del GD. Ridgway) estaba en pleno funcionamiento en septiembre (no así el del I CEAB de Browning) tal vez se debió de considerar la posibilidad de que el mando directo de “Market” cayera en manos de Ridgway, pero el hecho de que Browning fuera además el segundo jefe de Brereton (quien tampoco tuvo el control directo de la batalla) y de que “Market-Garden” fuera una propuesta británica decidió el tema. Destacamos en este punto que fue Brereton quien dispuso finalmente que el CG. del I CEA de Browning tomara el control de las tres Divs. Del 1er. EAA, y que el CG. del XVIII CEA de Ridgway  tuviera un papel netamente administrativo. Además, durante los dos primeros días de acciones, por varios motivos, Browning no ejerció verdaderamente el mando.

         Según los planes originales la responsabilidad de Brereton finalizaba cuando las tropas hubieran sido lanzadas en sus zonas correspondientes, lo cual dejaba un vació en la necesaria coordinación entre la batalla terrestre y su desarrollo con el plan aéreo para sustentarla.

         También se destaca el fallo de Browning de no tener oficiales de enlace de las FAR y el EA de los EE.UU. con sus tropas.

Realización de los desembarcos aéreos a lo largo de más de un día

         Quizás sea esta una de las principales razones del fracaso de la operación. Basándose en pérdidas de aeronaves del orden del 40%, fue Brereton quien dispuso que los transportes aéreos realizaran un solo vuelo por día, resultando de ello la planificación general basada en el lanzamiento a lo largo de cuatro días. Si en realidad se calculaba bajas del orden del 40% entonces resulta claro que para el tercer día, ya no quedarían suficientes transportes como para continuar el asalto aéreo. ¿Porqué se optó por este sistema entonces? ¿No hubiera sido preferible realizar dos vuelos cada día y reducir entonces a la mitad los días necesarios, ya que con demorar los lanzamientos no se solucionaba el tema del riesgo de las bajas? Es más, al lanzar las tropas a lo largo de varios días el escaso factor sorpresa quedaría totalmente anulado, dificultando aún más la disminución de pérdidas de aeronaves de transporte.

Nota: como dato aclaratorio aportamos lo siguiente: la primer oleada de asalto compuesta por 1.051 aviones de transporte y 516 equipos planeador/remolcador (2.083 aeronaves en total) sufrió solamente la pérdida de 48 aviones y 71 planeadores durante el vuelo, es decir pérdidas del orden del 6% solamente. ¿No pudo o debió en ese momento considerar Brereton de enviar ese mismo día la segunda oleada? El argumento de la considerable cantidad de bajas quedaba descartado por la realidad de las acciones, y si se hubieran alistado las tropas para subir a los aviones de transporte cuando éstos regresaran de la primera misión aún había tiempo ese mismo día para el segundo lanzamiento. Más aún, en el supuesto caso de que por motivos de organización no se pudiera llegar a tiempo para el segundo lanzamiento el 17 de septiembre, indudablemente se podrían haber realizado dos lanzamientos completos el 18.

         Por ejemplo el fallo de la 82ª DA en tomar el puente de Nimega en el segundo día, (que sería una de las razones de la derrota) podría haber tenido otro resultado en caso de que en el día anterior hubiera contado con sus tropas en pleno, llevadas en dos oleadas de transporte. (Precisamente en esta segunda oleada que llegó el 18 de septiembre venían 1.782 hombres y el resto de la Artillería de la División). Más teniendo en cuenta que ya en esa fecha el bloqueo del puente de Arhnem en el norte por parte de las fuerzas de Frost impedían el arribo de refuerzos alemanes, lo que hubiera puesto más elementos a favor de la 82ª DA.

         Otro punto débil fue la tardía participación de la I BRIPAC polaca que no pudo despegar al completo hasta el jueves 21. En parte se debió al mal tiempo, y en parte a la decisión original de realizar los desembarcos a lo largo de varios días.

Desembarcos aéreos demasiado lejos de los puentes a tomar

         La disposición original de Brereton era el lanzamiento de las tropas a unos 10 km de los puentes a tomar. Esta ha sido también una de las causas del fracaso más discutidas. Incluso para parte del mando alemán (por ejemplo la Luftwaffe) el lanzamiento fue demasiado lejos de los objetivos. Se supone que uno de los elementos que tomó Brereton para esta decisión es el poder las defensas antiaéreas alemanas en la zona. Pero si se hubiera dado un apoyo aéreo total a “Market-Garden” se podrían haber neutralizado estas defensas antes de los lanzamientos, y realizar éstos más cerca de sus objetivos o incluso sobre los mismos si se consideraba conveniente. (En algunos casos esa orden fue impartida con el fin de anular las defensas antiaéreas)

         También pesa a la hora de evaluar el resultado de las acciones, el no haber hecho un desembarco aéreo con un pequeño destacamento, en el sur del puente de Arnhem, directamente el primer día de asaltos aéreos.

Falta de dominio aéreo sobre la zona de operaciones

         Siendo la operación del tipo aerotransportado, el dominio aéreo sobre el teatro de operaciones debió ser prioridad absoluta, y su logro asegurado y mantenido a cualquier precio. Montar una operación aerotransportada masiva sin el aseguramiento del dominio aéreo en toda la zona de operaciones no es conveniente desde ningún punto de vista.

         Brereton dispuso que la 2ª FAT permaneciera en tierra mientras los transportes estuvieran en el aire. Pero teniendo en cuenta que los lanzamientos de tropas llevarían al menos cuatro días,  esta medida es muy discutible. ¿No podrían mientras tanto los aviones de la 2ª FAT realizar operaciones de apoyo fuera de las zonas de desembarco?

         Es de destacar que no muy lejos de la zona de operaciones de “Market-Garden”, los cazas de la 9ª Fuerza Aérea dominaban los cielos, mientras que los aviones de la 8ª Fuerza Aérea y el Mando de Bombarderos hacían incursiones aéreas contra ciudades alemanas que no estaban directamente vinculas a “Market-Garden”. Sin embargo en Nimega y Arnhem era la Luftwaffe, quien con muy pocos recursos todavía tenía el dominio aéreo local.

         Ya que “Market-Garden” era vital para terminar la guerra ese mismo año, debió recibir máximo apoyo aéreo (similar a lo ocurrido con “Overlord”), por ejemplo a través del uso de las diferentes fuerzas aéreas en el apoyo directo a la misma. Es probable que la intervención directa de estas fuerzas hubiera neutralizado en parte el arribo constante de refuerzos alemanes.

Predicciones metereológicas

         Si los meteorólogos aliados pronosticaron al menos dos días de buen tiempo a partir del día 17 de septiembre, entonces desde el comienzo mismo de la operación se suponía que los planeados lanzamientos en cuatro días podrían verse afectados. Esta es una razón más por la cual Brereton debió autorizar dos vuelos diarios de los transportes, para asegurar la llegada de todas las tropas antes de que el tiempo empeorara.

         Otro punto a tener en cuenta es que el segundo día de las operaciones ya el tiempo no era bueno, contraviniendo las predicciones metereológicas. Lamentablemente el autor del presente trabajo no tiene un detalle total de las predicciones de los meteorólogos aliados para los siguientes días, pues estos datos podrían influir incluso en la decisión general de realizar la operación en su conjunto, ya que con mal tiempo el dominio aéreo no podría ser logrado sin importar la cantidad de aviones de que se dispusiera.

Error del mando aliado en la ubicación de las fuerzas alemanas

         Si bien la información aliada acerca de las fuerzas alemanas a enfrentar era bastante precisa, se equivocaron con respecto a la ubicación del II CE. Panzer de las SS. Precisamente este CE. sería de importancia fundamental en el desarrollo de las acciones. Lo creían retirado a la zona de Kleve, pero en realidad estaba al norte de Arnhem y pudo caer desde esa dirección sobre las tropas de la 1ª DAB. Este error en la ubicación del II CE. Panzer llevó a Browning a determinar para la 82ª DA como prioridad los Altos de Groesbeek en lugar de la toma de los puentes de Nimega.

Error al dejar un pasillo de “Market” sin cubrir

         Este pasillo dejado sin cubrir entre Veghel y Grave fue consecuencia de la exigencia puesta por Browning a la 101ª DA de que cubriera una zona demasiado extensa (65 km) entre Eindhoven y Grave. Las protestas razonables de Taylor fueron tenidas en cuenta y se limitó el sector de la 101ª DA hasta Veghel, dejando un pasillo de 20 km sin cubrir. Si bien resulta acertado este cambio en los objetivos de la 101ª DA, no se debió dejar ese pasillo sin cubrir. Fue precisamente en esa zona donde los alemanes cortaron reiteradamente el paso en la “Carretera del Infierno” al XXX CE., lo que en definitiva fue uno de los factores de la derrota aliada. Si el objetivo de “Market” era tomar los puentes y las carreteras para el rápido avance de “Garden”, partir de la base de dejar una parte de la misma sin cubrir resulta inverosímil. Más teniendo en cuenta que al realizarse los lanzamientos aéreos a lo largo de varios días, ni siquiera la 101ª DA al completo estaría cubriendo su parte de la zona. Se pudo haber previsto por ejemplo lanzar a la 52ª Div (de Lowland) en la zona de Uden para cerrar la brecha entre Veghel y Grave o lo que es lo mismo, entre la 101ª DA y la 82ª DA. Este error es atribuible a Browning, quien tenía bajo su mando la planificación directa de las operaciones, y pudo haberse estudiado ante los planos, antes de comenzadas las acciones.

Errores tácticos:

Falta de improvisación ante la marcha de la operación

         Es sabido que la forma de operar de los alemanes dejaba por lo general en manos de quienes tenían el mando directo de las tropas, la forma de cumplir con las misiones asignadas. De esta forma, el comandante local podía instrumentar la mejor forma de cumplir con sus objetivos de acuerdo a los recursos con que contaba, las fuerzas del enemigo, y las diferentes situaciones tácticas planteadas. Esa flexibilidad nunca existió del lado aliado y mucho menos del lado británico. Por ejemplo, durante los días en los que la presencia de los botes de asalto en la zona de Nimega resultaban vitales, se podría haber intentado lograr la supremacía aérea local en las escasas horas de buen tiempo, y transportar en algunos planeadores los botes necesarios. De esta manera se hubiera evitado el retraso provocado en la “Carretera del infierno”.  Algunos de los botes de asalto eran de solamente 19 pies y podrían haber sido llevados en los planeadores aliados sin mayores dificultades o incluso ver la forma de poder lanzarlos en paracaídas. ¿Era viable? No se debe olvidar de que por ejemplo Sosabowski disponía de solamente cuatro botes de asalto en el momento de intentar el cruce del río. ¿Se intentó alguna otra solución para la inmediata llegada de los vitales botes? No lo sabemos.

         Otro ejemplo de la falta de improvisación fue que al saberse la noticia de que las tropas de la 1ª DAB serían retiradas, el 1er. EAA buscó la forma de que los cazas de la 8ª Fuerza Aérea lanzaran depósitos verticales llenos de abastecimientos. ¿Porqué no se exploraron alternativas como éstas antes de que la batalla estuviera perdida?

         Uno aún más grave fue el del GD. Adair que comandaba los Guardias Acorazados que ante un rápido avance en el primer día de ofensiva terrestre, se detuvo en Valkenswaard, de acuerdo a las órdenes que tenía. Solamente seis kilómetros lo separaban de Eindhoven y de enlazar en el primer día de acciones con las tropas de la 101ª DA. Pero este error es atribuible también a Horrocks como comandante del XXX CE.

         El mismo error fue cometido por Taylor al mando de la 101ª DA, ya que con un poco más de resolución sus tropas podrían haber entrado en Eindhoven el mismo 17 de septiembre. (No debemos olvidar que entre los objetivos de la 101ª DA estaba capturar Eindhoven a la caída de la noche el 17).

         Otro tanto ocurrió con las fuerzas de Gough, que descubrieron la existencia de un ferry en Heveadorp pero no emprendieron ninguna acción para capturarlo, hecho acontecido también en la primer jornada de operaciones.

         ¿Porqué no se utilizó a la 52ª Div. (de Lowland) como último recurso para destrabar la situación? Incluso hubo un ofrecimiento de esta misma División el día 20 de septiembre de realizar un desembarco aéreo en una pista de aterrizaje cerca de Nimega para el día 21, pero tal propuesta fue rechazada por Browning. Sin embargo, el mismo Browning pedía el día 24 el envío de  esta División en apoyo de la 1ª DAB, petición rechaza por Montgomery, probablemente con razón, debido a que la orden de retirar a la 1ª DAB ya estaba dada y además la batalla estaba claramente perdida.

Lentitud en el avance terrestre de la operación “Garden”

         Uno de los factores más importantes en el fracaso fue la lentitud del avance de los CEs. británicos, lo que obligó a las tropas aerotransportadas a combatir por sus propios medios más allá del tiempo previsto originalmente. No se debe olvidar que los planes originales suponían la llegada del XXX CE. a la zona de Arnhem en un plazo de entre dos y cinco días.

Fallo en los abastecimientos aéreos

         En parte debido a que no se pudo lograr el dominio aéreo sobre la zona de operaciones (lo que obligaba a la 2ª FAT a permanecer en tierra mientras aviones del tren aéreo estuvieran en vuelo), en parte por el fallo en la eliminación de las defensas antiaéreas alemanas, y en parte por la condiciones atmosféricas, la mayor parte de los abastecimientos no cayeron en las manos de las tropas aliadas. Esta circunstancia tuvo especial peso en el delicado estado de la 1ª DAB.

Capacidad de reacción alemana

         Aunque no es parte de este estudio analizar la actuación de las fuerzas alemanes en el desarrollo de la batalla, es inevitable citar como una de las causas del fracaso aliado la capacidad de reacción alemana. Independientemente de otros factores que inclinaron la victoria hacia el lado alemán, la respuesta inmediata de sus altos mandos, Model, Student, Bittrich, etc, y la capacidad de improvisar grupos de combate (kampfgruppe o “KG”), así como también la eficiencia y valor combativo de las tropas alemanes constituyeron por sí mismos una de las causas de la victoria alemana o derrota aliada. En algunas publicaciones se habla de los errores aliados, omitiendo resaltar los méritos de los alemanes. Ese no es el objetivo del presente trabajo.

Gabriel Mansilla
gabman@adinet.com.uy

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